viernes, 13 de julio de 2012

Capítulo 21.

"Dicen que cuando conoces al amor de tu vida el tiempo se detiene, y es verdad, lo que no te dicen es que cuando se pone en marcha lo hace aun más rápido para recuperar el tiempo perdido."


No quería moverme, no quería irme de allí, no quería dejar de besarle, pero tenía que hacerlo.
- Louis, tengo que irme a estudiar - dije cuando nos separamos para coger aire.
- Es verdad, la selectividad está a la vuelta de la esquina - le levantó, extendí mi brazo y tiró de mí para levantarme. - Te llevo, así llegarás antes. - Fue ponernos de pie y darnos la mano automáticamente, se notaba que llevábamos un tiempo muriéndonos por hacerlo. 
- Recuerdo que cuando era pequeña pensaba que darle la mano a los chicos era asqueroso.
- Yo pensaba exactamente lo mismo - reímos - pero ahora no me importa mucho, es más, sienta realmente bien. - fuimos paseando tranquilamente hasta el coche, nos montamos y me llevó a casa. - Llámame cuando acabes de estudiar.
- No, mejor me paso por vuestra casa.
- Eso es una buena idea - sonrió y nos besamos.
- ¡Ah! No le digas nada a los chicos, que quiero estar delante para ver su reacción.
- De acuerdo - me dio un beso en la frente y me bajé del coche.
Cuando entré en mi casa, mi padre ya se había ido a trabajar, mi hermana ya estaba en el instituto y mi madre estaba limpiando la cocina. Quizás sería buen momento para contarle que Louis y yo habíamos empezado a salir. No es que quisiera hacer la cosa oficial ni nada de eso, simplemente, pensé que era buena idea contárselo para que supiera dónde se estaba metiendo. Así que me fui directamente a la cocina y le di un beso en la mejilla.
- ¿Por qué estás tan contenta? - preguntó dejando de limpiar el horno. La verdad es que yo no era muy cariñosa con ella. Ni con ella ni con nadie, solo con Cory así que cuando les daba besos siempre sabían que era porque estaba feliz.
- Buenos días - canturreé.
- Sí, ¿qué pasa?
- Mamá, debo decirte que no te extrañes si últimamente salgo mucho en revistas.
- Ya sales mucho.
- Bueno, pues a partir de ahora saldré más.
- ¿Por qué? - preguntó asustada.
- ¡Porque Louis y yo hemos empezado a salir!
- ¿En serio? 
- ¡Sí!
- Louis era el que gritaba mucho siempre ¿no? 
- Sí, el que me acompañó al hospital.
- ¡Ah! - exclamó - Entonces me alegro mucho por ti, es un buen chico. Pero eso sí, a partir de ahora ten más cuidado con cómo vistes y cómo actúas porque todo el mundo tendrá los ojos fijados en ti.
- Vaya, ni que fueras una experta en relaciones con famosos.
- No lo soy pero siempre he soñado con tener una - reí - anda, vete a estudiar.
Subí a la habitación de mi hermana ya que, como era Directioner, supongo que se iba morir al saberlo. Si ya flipó cuando se enteró de que era amigo de los chicos imaginaos cómo se puso cuando le dije que Louis y yo habíamos empezado a salir.
Fui a mi habitación y después de quedarme mirando todos los pósters de los chicos y de saltar y bailar de alegría, me senté para estudiar un poco. 
Si antes me costó concentrarme porque no paraba de pensar en Louis y Noah, ahora no podía porque solo pensaba en contárselo a Audry, en ir a ver a Lou y contárselo a los chicos. Para conseguir nota suficiente para periodismo, debía estudiar historia, lengua y literatura para hacer un comentario, matemáticas aplicadas a las ciencias sociales, geografía y economía. Decidí dedicar uno o dos días a cada materia para no liarme mucho y pensé que sería mejor empezar por lengua y literatura ya que el comentario de texto era indispensable.
Después de estar toda la mañana haciendo comentarios de texto, fui a un McDonald's que había en Earl Street y compré comida para Audry y para mí, necesitaba ir a su casa y contárselo, necesitaba dejar de estudiar por unos minutos. Cuando me abrió la puerta todavía tenía el uniforme puesto así que acababa de llegar del instituto.
- Traigo McDonald's - dije enseñándole las bolsas con comida.
- Te iba a dejar pasar de todas formas - nos sentamos en el sofá y empezamos a comer - ¿qué tal te ha ido la mañana de estudio?
- Mejor de lo que pensaba, mucho mejor - le conté lo de que no podía concentrarme y que me fui al parque y bueno, lo de Louis - y eso es todo.
- ¿Cómo que "y eso es todo"? ¿Cómo que "y eso es todo"? - dijo histérica, su vena fan estaba a punto de salir a la luz - ¿estás saliendo con el jodido Louis Tomlinson y lo dices como si nada?
- Bueno, es que para mí no es el cantante famoso, ya sabes, para mí es mi ídolo y mi mejor amigo.
- Y ahora tu novio.
- Eso todavía suena un poco fuerte, acabamos de empezar.
- No seas tonta, sois novios ¿cómo besa?
- ¡Es el mejor beso que me han dado nunca!
- ¿Y ya lo habéis hecho público?
- No y no creo que vayamos a hacerlo.
- Pero la gente tendrá que saberlo en algún momento.
- Lo sabrán cuando llevemos un tiempo juntos y veamos que las cosas van bien.
- Dios, si es que pareces hasta una profesional - reí.
- Oye, luego voy a ir a la casa de los chicos ¿te vienes?
- No, de veras que me apetece pero tengo mucho que estudiar, tú has tenido toda la mañana para hacerlo y yo no.
- Bueno, no pasa nada - me levanté - pero si cambias de opinión ya sabes, me llamas y te recogen Harry o Louis.
- Sí - le di un beso en la mejilla - ¡vivan los novios!


[Narra Louis]
Se me había hecho muy difícil no contárselo a los chicos pero le dije a Delilah que no lo iba a hacer y no lo hice, ya que sería empezar la relación con muy mal pie. Ellos me notaban raro, decían que estaba más sonriente de lo normal y no paraban de preguntarme cosas pero yo intentaba mantenerme fuerte.
Después de estar con Del en el parque, me fui con Harry al estudio porque teníamos que ultimar ciertos detalles de nuestros solos, luego comimos en casa y pasamos la tarde jugando a la consola hasta que Delilah me llamó diciendo que ya venía para acá.
- Era Del - dije al colgar - dice que viene para acá.
- ¿Y esa sonrisa? - dijo Zayn.
- Soy feliz - reí - ¿no puedo sonreír?
- Sí, pero es demasiado... molesto.
- ¿Por qué?
- Porque sonríes más de lo normal.
- ¿Y eso te molesta?
- Sí - reímos - Es como si pensaras que al venir Del va a ocurrir algo entre vosotros - añadió Liam.
- ¿Pensáis que no puede haber nada entre nosotros? - dije sorprendido.
- Tío - dijo Niall - siento mucho decirte esto pero... es modelo.
- Y yo cantante.
- Pero ella es más guapa que tú - rieron - además, ¿es que quieres que haya algo entre vosotros?
- No, no - reí nervioso - pero me apuesto lo que queráis a que consigo que hoy me bese.
- Está bien - dijo Harry - si te besa, haremos lo que tú quieras durante el tour.
- Y si no te besa, nos prometes que no gritarás nunca más - añadió Liam.
- Tío eso es demasiado - dijo Niall. - Sus gritos nos gustan mucho.
- Pero a veces son molestos.
- No importa, trato hecho - estreché la mano con todos y esperamos impacientes a que Delilah viniera. Tal vez era hacer trampas porque ellos no contaban que estábamos saliendo pero necesitaba darles una lección por llamarme feo. Pasaron 45 minutos eternos y entonces sonó el timbre, los chicos se levantaron de un salto y se fueron corriendo hacia la puerta.
- ¡Hola! - dijeron todos a la vez.
- Hola - dijo confusa, oí como les daba un beso a cada uno y luego cómo venían todos al salón. Venía andando por el pasillo con los cuatro detrás y tenía una cara muy rara, los chicos se sentaron en un sofá,ella se sentó a mi lado en el otro y me besó brevemente en los labios.
- ¡Vais a hacer lo que yo diga durante todo el tour! - grité - ¡y podré gritar siempre que quiera!
- ¿Cómo lo has hecho? - dijo Harry.
- Louis, ¿qué os pasa? ¿Por qué estáis más raros de lo normal?
- Hemos hecho una apuesta contra Louis y la hemos perdido - dijo Zayn.
- ¿De qué se trataba?
- Pues si tu lo besabas, haríamos lo que él quisiera durante el tour por USA y si no, el no gritaría nunca más. - dijo Niall.
- Espera, espera - exclamó Liam de repente - ¡vosotros estáis saliendo! - Del y yo nos miramos, sonreímos y asentimos.
- Pero si vuelve a apostar cosas como esas, no le volveré a besar. - dijo ella riéndose.
- ¡Tío, no vale!
- ¡Nos has mentido!
- Solo os he ocultado al verdad.
- Me da igual, eres un tramposo.
- La apuesta queda anulada - dijo Delilah.
- ¿Qué? ¿Eres consciente de que seré su dueño durante un mes y pico?
- ¿Y tú de que eres un tramposo? - me besó fugazmente en los labios - anda, hoy os preparo yo la cena.
- Lo que sea con tal de que no tengamos que ver cómo os besáis de nuevo. - dijo Harry.
- Pero si era solo un pico - dije.
- Déjalo, está celoso - Delilah se levantó del sofá y se fue a la cocina - ¿qué queréis que os prepare? - gritó desde allí.
- Ala - se quejó Liam - otra a la que le gusta gritar...
- A mí me apetece un poco de foi de atún con albahaca y caviar - dije haciéndome el estirado.
- A mí un poco de espagueti a la gorgonzzola - dijo Harry siguiéndome el rollo.
- Yo tomaré lo mismo que el señor de los preciosos ojos azules y el acento de Doncaster - dijo Niall.
- Vale, ¡sándwiches de jamón york para todos! - después de varios minutos en los que solo se oyeron cosas caerse y numerosos "joder", Del trajo una bandeja con seis sándwiches.
- Para una vez que cocinas podrías haberte esmerado más.
- No sé si aprobar vuestra relación - dijo Harry - ella no sabe cocinar y yo sí.
- Callarse todos y comer, que para una vez que me ofrezco a hacer algo en esta casa, nada más que os quejáis. - la obedecimos sin rechistar y a los quince minutos, ya habíamos terminado todos menos ella, que era una lenta masticando. Le enseñó su nuevo móvil a los chicos y se lo dejó para que les guardaran sus números, pero ellos aprovecharon para hacerse fotos y descargarle juegos y aplicaciones. Más tarde llegó Danielle, ella tenía sus propias llaves ya que cuidaba la casa mientras que nosotros no estábamos, así que entró sin que nos diéramos cuenta.
- ¡Tengo buenas noticias! - dijo mientras que dejaba su bolso y su abrigo en la entrada, luego se acercó a nosotros, nos dio un beso a cada uno y por último besó a Liam, eso sí que fue asqueroso de ver.
- ¿De qué se trata? - preguntó Liam impaciente.
- ¡Me han llamado para ser animadora del equipo de voleibol en las olimpiadas!
- ¿Qué? - exclamamos todos a la vez.
- ¡Sí! - dio saltos de emoción - los ensayos empiezan la semana del 9 de julio.
- ¡Estoy muy orgulloso de ti! - Liam la abrazó y se besaron de nuevo.
- ¡Qué bien! - Delilah se levantó y la abrazó - Me alegro mucho por ti.
- ¡Dí que sí abuela Peaz! - dijo Harry.
- Y tenemos que daos otra noticia - dijo Liam abrazando a Danielle - ¡nada más que volvamos del tour nos vamos a vivir juntos!
- Ooh - dijimos todos a la vez - Bueno, vamos a celebrarlo ¿no? - pregunté.
- Sí, vámonos a un bar de copas.
- Yo no puedo, mañana tengo que seguir estudiando.
- Ah...
- ¡Es verdad! - dijo Danielle - tú tienes selectividad.
- No pasa nada, id sin mí - sonrió.
- Pero...
- Pero nada - me interrumpió - tengo que descansar para madrugar y tú vas a divertirte ¿vale? - asentí y nos besamos - nos vemos mañana.
- Mañana te llamo y salimos por ahí.
- Vale - me besó de nuevo y se fue. Llamamos a dos taxis y le conté todo a Danielle por el camino. Fuimos a la zona donde había más bares de copas y entramos en el de siempre. Nos sentamos en una barra y disfrutamos de la noche celebrando el triunfo de Danielle.


A la mañana siguiente estaba resacoso y agotado, no recordaba nada pero seguramente me habría emborrachado bastante. Ya había pasado la hora de almorzar y tampoco es que tuviera mucha hambre así me tiré en el sofá y llamé a Delilah para organizar algo.
------------- CONVERSACIÓN TELEFÓNICA ---------------
- ¿Sí? - ya está, una sonrisa había aparecido en mi cara nada más oír su voz.
- Buenos días.
- Serán buenas tardes - rió - ¿te acabas de despertar? - asentí con la cabeza - ¿estás asintiendo?
- Sí - reí - ¿cómo lo has sabido?
- No sé - rió - quizás es que te conozco muy bien. ¿Qué tal estuvo lo de ayer?
- Pues tuvo que ser la hostia porque no me acuerdo de nada - rió.
- Eres un puto borracho - me encantaba esa forma que tenía que decirme que me quería a base de insultos.
- Bueno, ¿qué hacemos hoy?
- Yo estoy en la casa de mi hermano, hoy es su cumpleaños y he aprovechado para que me ponga ejercicios de matemáticas.
- Pues felicítalo de mi parte, ¿cuántos cumple?
- 23
- Ya le regalaré algo.
- No es necesario, Lou.
- Lo sé pero quiero hacerlo, y como también quiero verte, ¿qué te parece si te pasas por aquí con tus deberes?
- Bueno, no es una mala idea.
- Claro que no, vente cuando quieras, te espero.
- Vale, hasta luego.
- ¡Y que no se olvide traer tarta!
- No - rió - nos vemos luego.
- Adiós.
------------- FIN DE LA LLAMADA ------------------------------
El resto de la tarde pasó lentamente hasta que alguien llamó a la puerta, abrió Harry ya que estaba al lado.
- Hola - escuché cómo se daban un beso en la mejilla o en la frente.
- Hola - otra sonrisa, otra sonrisa provocada por esa voz ronca pero dulce - ¿qué haces con todas esas maletas? - escuché como las voces se acercaban y me puse nervioso.
- Estamos preparando las cosas para el tour, bueno, todos menos tu novio.
- Ahora os ayudo si queréis.
- No, hace falta - Harry empezó a subir las escaleras - te dejo que disfrutes de Lou el poco tiempo que os queda juntos - Delilah se sentó a mi lado y la besé dulcemente en los labios.
- He traído un poco de tarta para todos.
- Pero están muy ocupados, quizás sea mejor que nos al comamos toda nosotros solos.
- No, quizás sea mejor que estudie - dejó un libro, un cuaderno y un bolígrafo encima de la mesa - Por cierto, ¿cuándo os vais?
- Pasado mañana, pero no te preocupes, tenemos una reserva en uno de los mejores restaurantes de la ciudad para despedirnos a lo grande.
- ¿Todos?
- Sí, también hemos contado con Audry.
- Ah, bien - abrió el libro y el cuaderno y comenzó a escribir muchos números y letras. Era muy gracioso verla porque para hacer las cuentas bien, decía los números en voz alta y los repetía con un ritmo muy pegadizo. Fui a la cocina y le preparé un poco de té. Estaba muy mona e irresistible. Tanto, que no me pude aguantar y empecé a besarle el cuello. - Vete, Louis.
- Me parece que no - susurré mientras seguía besándole el cuello.
- Louis, tengo que estudiar - dijo molesta.
- Sí, bueno, quizás sea el momento de estudiar biología.
- Sí, estaría bien si hubiera escogido ciencias, pero desafortunadamente para ti, no lo hice. - me miró y sonrió como la típica lisa de la clase, suspiré, me levanté y encendí el estéreo del salón - realmente odio esa mierda de música - se levantó sin soltar la taza de té e intentó poner otra pero yo tenía el mando y acaparaba el estéreo, así que ella no llegaba.
- ¿No te gusta? - negó y le di el mando para que pusiera la que ella quisiera.
- Chris Brown, eso sí - sonrió, le quité la taza de té y di un sorbo - oye, pues me ha salido bueno.
- ¡Dámela idiota! - dijo estirando las manos y dando saltitos para intentar cogerla ya que la había puesto en lo alto de la estantería. La cogí de las manos, intentando que se estuviera quitas - idiota, es mi taza - dijo riendo.
- Si te ríes, no es creíble.
- Idiota, es mi taza - repitió intentando no reírse, poniendo cara de estreñida.
- Bueno, te la doy porque me das pena eeh - me puse de puntillas y la cogí, ella estiró los brazos para cogerla pero la volví a dejar en su sitio - pero antes... - la besé agarrándola por la cintura. Estaba harto de esos picos que siempre dejaban con ganas de más, sabía que ella lo hacía porque era mi casa y allí estaban los chicos, porque le daba vergüenza que nos vieran pero a mí eso me daba igual, ya se acostumbrarían.
- En momentos así mandaría los estudios a la mierda - dijo mordiéndose los labios y mirando a los míos. - Pero no puedo, así que ahora toca escuchar lo que yo quiera - reí, le agarré por la cintura y le di un pequeño mordisco en la espalda, haciendo que se estremeciera. 
Entonces, comenzó  sonar "Never Close Our Eyes" de Bruno Mars. Se giró y ahí estaba ella, con su sonrisa de siempre, despreocupada, fresca, radiante, perfecta. ¿Cuánto tiempo llevaría enamorada de ella? ¿cuánto tiempo he estado intentando reprimirlo? Ya daba igual, todos los intentos habían sido en vano porque, míranos, ahí estábamos los dos. En mi habitación, compartiendo momentos felices antes de volvernos a separar. Entonces llegó el momento, el momento en el que nos despediríamos por unas horas para vernos la noche siguiente.
- Mañana paso a recogerte a las 19:30h
- Genial - nos besamos tan apasionadamente como antes y se giró, comenzó a bajar las escaleras de la entrada y cerré la puerta.


Me había mantenido tan ocupado al día siguiente, que me di cuenta de que había llegado la hora de recoger a Delilah cuando Liam nos dijo a todos que nos vistiéramos. Subí a mi habitación y busqué lo más elegante y cómodo que tenía. Quería ir guapo para que Delilah me recordara así durante el mes y medio que iba a estar fuera, así que me puse unos pantalones de color beige, una camisa negra y unos tirantes blancos con dos rayas verticales del mismo color que la camisa. Me dejé el pelo alborotado y fui a recoger a Delilah y a Audry con Harry y Niall.
Pité con el claxon dos veces, las suficientes para que una preciosa Delilah y una preciosa Audry salieran por la puerta del 20 de Cromwell Road. Del llevaba puesto un vestido dividido en dos partes, de esos que se llevaban ahora que parecía una camiseta y una falda. La parte de arriba era como una blusa negra y tenía un lazo del mismo color que la diferenciaba de la parte de abajo, de color gris oscuro. Llevaba una chaqueta del mismo color que la falda del vestido, unos tacones negros semiabiertos con la punta redondeada pero con terminación en pico y una plataforma interior altísima. Audry llevaba un vestido ceñido de color rosa chicle que llegaba hasta la mitad del muslo, una chaqueta negra y unos tacones iguales que los de Delilah, pero un poco más bajos, del mismo color que el vestido que tenían un lacito del mismo color qeu la chaqueta. Las dos llevaban el pelo en un recogido con algunos mechones despeinados, de forma que hacía que quedara menos elegante, más desenfadado y juvenil. Delilah se había puesto maquillaje ahumado en los ojos y se había puesto brillo en los labios mientras que Aud, se había puesto sombra de ojos y pintalabios de tonalidades rosas.
- Estáis preciosas - dijo los tres a la vez. Las chicas se sentaron atrás con Niall y pusimos rumbo al restaurante del chef Gordon Ramsey en el 68 de Royal Hospital Road.
Cuando llegamos, Liam, Danielle y Zayn ya estaban allí. Nos sentamos en la gran mesa que habíamos reservado y disfrutamos de la noche. Luego fuimos a un bar de copas, llevamos a Danielle y a Audry a sus casas y finalmente, fuimos a la mía, a la de los chicos.
- Oye, Lou, yo no...
- Ya sé que no quieres hacer nada, que crees que es muy pronto y ¿sabes, Delilah? No te voy a forzar a nada.
- ¿Entonces qué hago aquí?
- Simplemente quiero que pasemos la noche juntos, sin dormirnos, totalmente despiertos para pasar más tiempo juntos disfrutando antes de que me vaya durante un mes y medio. Podemos ver la tele, llamar por teléfono a gente, molestar a quien queramos, comer, cantar, podemos hacer cualquier cosa menos dormir.
- Me parece bien. - se quitó los tacones y se sentó en el sofá a esperar a que yo me pusiera el pijama y volviera con ella. Los chicos se fueron inmediatamente a dormir y me aconsejaron que hiciera lo mismo, que al día siguiente nos esperaba un largo día pero me negué.
Cuando bajé al salón, ella estaba viendo la tele así que seguimos haciendo lo mismo, cuando nos aburrimos empezamos a jugar a las cartas. Estuvimos así hasta las 4am, hora en la que calló rendida. Sinceramente, me sorprendió que aguantara tanto así que me limité a abrazarla mientras ella dormía.
Ahí estaba yo, tendría que irme pronto pero no quería. Sabíamos que esto iba a pasar, lo sabíamos desde hacía un tiempo pero, ¿cómo había llegado tan pronto? Era nuestra última noche, era tarde, Del estaba dormida pero yo evitaba dormirme por todos los medios porque sabía que cuando me despertara, tendría que despegar hacia Nueva York. Cuando la luz del día llegara tendría que irme pero esa noche quería abrazarla muy fuerte porque cuando amaneciera, cada uno iría por su lado, así que esa noche necesitaba sentirla junto a mí.
Ahí estaba yo, mirando embobado a su perfección, en mis brazos, tan hermosa... El cielo se estaba aclarando, las estrellas desapareciendo, quería que alguien para el tiempo o, por lo menos, que lo ralentizara. Y era muy duro porque sabía que en tres horas ya no estaría a mi lado.


- Eh, tío - alguien me abofeteaba suavemente - coge tus cosas, tenemos que irnos.
- Ya voy - dijo con voz de medio dormido. ¿Medio dormido? Mierda, el sueño me había vencido. Aunque bueno, por lo menos había dormido abrazado a ella por primera vez. - Id tirando, quiero despedirme de Delilah - La miré, estaba en la otra punta del sofá ¿y si le había dado patadas mientras dormía? El vestido lo tenía muy arrugado, su pelo era el de una loca, el maquillaje se le había corrido por toda la cara, aun así estaba guapa. - Delilah - le acaricié las mejillas - Del, despierta, me tengo que ir.
- No - se incorporó automáticamente.
- Sí, debo hacerlo.
- Pero me he quedado dormida.
- No pasa nada - reí - yo también, ¿quieres venir al aeropuerto?
- Con estas pintas no - rió - además, no creo que sea buena idea si queremos que nuestra relación siga siendo secreto.
- Tienes razón - suspiré - anda, ve a lavarte la cara mientras que bajo mis maletas que con esa cara no me puedo poner serio. - se levantó y se fue corriendo al lavabo, subí a por mi equipaje y cuando bajé estaba esperándome con la mejor de sus sonrisas. Salí a meter las maletas en la furgoneta negra que nos iba a llevar al aeropuerto y entré para despedirme de ella. Le acaricié las mejillas y le sequé las lágrimas que empezaban a caer de sus ojos  -  Te llamaré todos los días, te skypearé, cualquier cosa que sirva para hablar contigo.
- Aun así te echaré de menos.
- Y yo también, pero tenemos que demostrarle a la distancia que a pesar de los kilómetros, nos queremos más que nadie.
- Le enseñaremos que nada puede con nosotros - dijo riéndose mientras me abrazaba. Hubiera dado lo que fuera por tener una grabadora para poder escuchar esa risa día y noche.
- Así se dice, pequeño mono.
- ¿Me acabas de llamar pequeño mono? - asentí - te vas a enterar, tengo mucho tiempo para pensar un mote para ti.
- ¡Tenemos que irnos! - gritó Liam.
- Bueno, te llamo cuando llegue.
- Y siempre que tengas tiempo.
- No lo dudes - se reguinchó de mi cuello y nos besamos.
- Te quiero - dijo sonriendo y mirándome directamente a los ojos. Me emocionó, ella, mi mejor amiga, mi novia, acababa de decirme por primera ver que me quería.
- Yo también y acuérdate que aunque no estés a mi lado, te seguiré queriendo a cada minuto del día. - la estreché contra mi pecho y nos volvimos a besar. Salimos de mi casa, cerré con llave y me monté en la furgoneta. 

4 comentarios:

  1. sigue sigue sigue sigue sigue sigueee!!! ya eh! yaaaa! Que pasara en ese mes i medioo? quiero saberlooo :P
    PD: Me ha encantado! jaja
    XX

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  2. Dios!! Que bonitoo! Suiguientee!!! Me muero por el siguiente cap :)
    Pd: Escribes genial! xx

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