viernes, 6 de julio de 2012

Capítulo 19.

"Cuando uno piensa en el amor, piensa en los amores de su vida, en amores tranquilos o en amores tiernos. Porque así han sido los pocos amores de mi vida, y es que yo he sido de enamorarme a golpe de pico y pala, de horas en el portero automático y de tardes de domingo en el cine, de echar distancias, y de meses y meses hasta el primer beso. No todos los amores son así. Los hay de todo tipo: amor inesperado, amor imposible, amor clandestino, y por supuesto amor loco, un amor que todo el mundo debería tener derecho a probar aunque sea una sola vez en la vida, un amor que te deje en la cuerda floja, al límite entre la cordura y la razón, entre el amor y la locura propiamente dicha."


Por la mañana mi madre me dijo que en dos días tendría que hacerme cargo de Summer y de mis primos ya que mis padres, mi tía Harmony y su marido irían a York a ver a mi abuela. Harmony era la hermana pequeña de mi madre y era mi tía favorita, siempre me había mimado mucho y me había tratado de una forma diferente a la de mis hermanos. Su marido, Nash, era un tío muy enrollado y bastante moderno. Tenían dos hijos, Dylan, de 4 años y Skye de 10 meses, ellos eran la alegría de mi vida, eran los primos más dulces, monos y skglhfkgh que tenía y los quería mucho. Así que obviamente accedí encantada a cuidarlos.
Después de comer fui a Earl's Court para ir al centro con Noah y comprarme un móvil nuevo.
- Pensé que te habías olvidado de mí en dos días - nos dimos un beso en la mejilla.
- No podría olvidarme de ti ni en dos días, ni en dos semanas, ni en dos meses, ni en dos años, ni en dos vidas. - me abrazó - Por cierto, gracias por acompañarme.
- Cualquier excusa es buena para pasar unos minutos contigo - sonrió - ¿a dónde vamos?
- Pues primero a lo del móvil y luego deberíamos comprar potitos y cosas de esas.
- ¿Potitos?
- Sí, pasado mañana tengo que cuidar de mi prima Skye y tiene 10 meses así que tendré que comprar cosas para ella y bueno, para mi primo Dylan también.
- Así que pasado mañana no podremos pasar tiempo juntos ¿no?
- No, pero al siguiente sí.
- ¡Pues a comprar potitos se ha dicho! - nos montamos en el metro y nos bajamos en Oxford Circus para pasear por Oxford Street, Regent Street y Carnaby Street. Cuando entramos en la tienda de móviles de mi compañía telefónica me llevé la peor sorpresa de todas. Ronnie estaba allí. Intenté salir de allí e ir a otra tienda que hubiera más adelante pero fue tarde.
- ¿Delilah? - su voz. Llevaba mucho tiempo sin oír esa voz.
- ¡Ronnie! - sonreí y nos dimos dos besos.
- ¿Qué tal estas? Te veo bien.
- Sí, estoy muy bien ¿y tú?
- Genial, genial - hubo un gran silencio incómodo. Tenía ganas de gritarle, insultarle, pegarle y hacerle todo el daño que me hizo él pero no podía, solo sonreía para demostrarle que era feliz sin él. - Bueno, te he visto en varias revistas.
- Sí - dije nerviosa - ya sabes, rumores y tal.
- Me alegro de que todo te vaya bien.
- Igualmente.
- ¡Ron, cariño! - lo llamó una chica desde la puerta, él le hizo señas para que entrara y ella le obedeció.
- Esta es Melanie, bueno, ya la conocías - Melanie era la chica más guarra de todo el instituto. No podía creer que ya estuviera saliendo con otra, con Melanie.
- Sí - le di dos besos.
- Del - dijo Noah entrando en la tienda, mi salvación - he ido a por unos frapuccinos.
- Gracias - se quedó mirando a Ronnie muy confuso - ¡Ah! Os voy a presentar - reí - este es Noah.
- Encantado - se estrecharon las manos y le dio dos besos a Melanie.
- ¿Es el rubio de las revistas?
- Sí.
- Pues me alegro de que estéis juntos - no negué nada, no quise que pareciera que no lo había olvidado. - Bueno, me voy - nos dimos dos besos y le estrechó la mano a Noah - me ha encantado verte.
- Lo mismo digo - mentí. Me atendieron nada más que se fueron. Me compré un iPhone 4 S negro y luego, cuando paseábamos por la calle, me compré una carcasa de cebra que molaba un montón. Compramos los potitos y demás cosas para mis primos y volvimos a casa porque empezaba a anochecer. - Oye, siento haber dicho que estábamos juntos. - dije antes de despedirnos.
- No pasa nada.
- No, sí que pasa, te he utilizado - suspiré - solo quería darle a entender que había ganado la ruptura.
- Te digo que no pasa nada, es más me ha gustado que no lo negaras porque me gustas un poco... bueno mucho, bueno ¡me encantas!
- ¿Qué? - no me lo podía creer. No podía creer que un chico tan perfecto y seis años mayor que yo se interesara por mí.
- Que me encantas - me quedé en silencio. - Bueno ¿qué dices?
- Yo... - no quería precipitarme, lo conocía desde hacía muy poco y después de lo de Ronnie en los únicos tíos que confiaba eran mi padre, Cory, mi primo Dylan y los chicos. Entonces mi móvil comenzó a sonar. Le debía la vida a quien me estuviera llamando. Louis.
------------- CONVERSACIÓN TELEFÓNICA ----------------
- ¿Sí?
- Delilah, te llamo para hablar de lo de mañana.
- Ah, sí, espera un momento - tapé el auricular y me despedí de Noah dándole un beso en la mejilla y diciéndole que lo llamaría luego. - Ya.
- Bien, ¿qué te parece si te recojo a eso de las 18h y cenamos allí y todo?
- Genial.
- Pues nos vemos mañana a las 18h.
- Hasta luego.
------------- FIN DE LA LLAMADA ------------------------------
Louis me había salvado de una situación muy incómoda así que al día siguiente debería invitarle a algo para agradecérselo.
Después de cenar me fui directamente a la cama ya que quería descansar mucho para darlo todo en la feria. No podía dormir por culpa de los nervios así que me puse a configurar mi nuevo móvil.


[Narra Louis]
Me desperté a eso de las 9h. La verdad es que estaba muy nervioso, tenía nausicosquilleos en la barriga, como solía decir Delilah. Desayuné unos cereales y me fui al gimnasio para hacer tiempo hasta que los chicos se despertaran. Cuando subí ya estaban Niall y Liam en el sofá. Fui a ducharme y bajé de nuevo para estar con ellos.
- Qué raro que Delilah no esté aquí todavía - reímos.
- Es que hemos quedado luego.
¿Te estás enamorando? - dijo Niall. 
-¿Por qué? - dije sorprendido.
- Liam ha dicho su nombre y has sonreído, además últimamente nos la robas y sales solo con ella, por no decir que cada vez que hablas de ella sonríes como un tonto.
- No - reí - solo somos buenos amigos saliendo por ahí para divertirse.
- Lo que tú digas.
- No te pongas celoso, siempre te querré - me levanté y lo abracé. 
Cuando todos estuvimos despiertos, nos pusimos en marcha y nos pasamos por el estudio para ultimar algunos detalles de las cuatro o cinco canciones que habíamos grabado en Suecia. Comimos allí y salí pitando a las 17:30h para recoger a Delilah. 
Solo bastó un timbrazo para que esa preciosa sonrisa se asomara por la puerta. Me cagaba en esa sonrisa, cada día me gustaba más. Se acercó a mí, me dio un beso en la mejilla, me miró y sonrió de nuevo. No había nada mejor que eso.
- ¿Por qué estás tan sonriente? - le pregunté después de darle un beso en la frente.
- Tú eres el motivo, tú haces que esta sonrisa salga a la luz. - Que me dijeran que sacaba una sonrisa para mí era como... pff, no sé como explicarlo. Y más si me lo decía ella.
- Anda, anda - nos montamos en el coche - ¿lista para una tarde llena de diversión?
- Listísima. - arranqué y puse rumbo a la feria. Estaba a las afueras de la ciudad, así que tardamos poco menos de una hora en llegar. Cuando por fin lo hicimos, Delilah bajó del coche rápidamente y se quedó mirando la pequeña noria que habían montado, las carpas que vendían dulces, los coches de choque y las carpas de juegos en los que ganabas peluches tirando cosas. Me recordaba mucho a las típicas ferias estas que hay en los muelles de las playas estadounidenses, esas playas molaban. Pronto tendría que irme de tour a USA y echaría mucho de menos a Delilah. - ¡Louis! - me sacó de mis pensamientos - ¿qué estás haciendo? ¡vamos! - salí del coche y corrí junto a ella.
- ¿En qué quieres montar primero?
- ¡Los coches de choque! - nos acercamos y nos pusimos en la cola para sacar los tickets.
- Ganaré a esto.
- No puedes ganar en los coches de choque, Louis. - Un par de fans vieron a Louis, le pidieron unos autógrafos y volvieron a donde estaban. Una vez que compramos los tickets, Delilah se montó en un coche amarillo y yo en uno azul.
- ¡Prepárate para ser golpeada, Del! - Ella sonrió de nuevo y comenzó a dar vueltas en círculos a mi alrededor mientras yo intentaba perseguirla hasta que ella me golpeó por delante. Seguimos conduciendo durante unos 10 minutos, hasta que se agotó el tiempo, y luego salimos de los coches. - Te dije que ganaría - dije orgulloso.
- Me has ganado, como tú dices, en algo en lo que no hay que hacer nada - dijo picada. - Pero no eres capaz de ganarme ese peluche - señaló un Bob Esponja enorme que colgaba del techo de la carpa de enfrente.
- Pero si eso es más grande que tú - reí.
- Eh - me dio un suave golpe en el hombro - ¿qué? No lo puedes conseguir ¿verdad?
- Ahora verás - fui a esa carpa y ella me siguió. El juego consistía en tirar cuatro pelotas de béisbol y darle, como mínimo, a tres Patricios de cartón. Parecía fácil pero no lo fue. No lo conseguí.
- Te lo dije - dijo entre risas.
- A ver si eres tú capaz de conseguirme aquél gato de peluche para Harry - dije señalando otra carpa.
- Joder, no eres capaz de olvidarte de tu novio eeh.- reímos - Ya verás como sí - fuimos a aquella carpa y nos enteramos del juego. Había que meter un aro, por lo menos tres veces, en cualquiera de los numerosos palos que había a una cierta distancia. Lo consiguió.
- No me lo puedo creer - dije frotándome los ojos.
- Debes saber que soy una experta en ferias, me encantan y siempre que hay una voy.
- ¿Por qué no me lo has dicho antes? - rió.
- Toma - me dio el gato gigante - pero dile a Hazza que se lo he ganado yo.
- Vale - lo cogí como su fuera un bebé - ¿te apetece comer algo?
- Sí - nos fuimos a la zona de las carpas con comida. Ella se comió una pizza y e invitó a otra por salvarla de nosequé. Luego nos compramos un algodón de azúcar para los dos y nos subimos en la noria.
- Me lo estoy pasando muy bien - cogí un poco de algodón.
- Yo también.
- ¿Qué te parece si mañana vamos al cine a ver alguna peli tipo "El Gato con botas"?
- Mañana tengo que cuidar de mis primos. Bueno, de mi prima porque mi primo preferirá quedarse con Cory.
- Que se venga, de todas formas iríamos a ver alguna peli infantil.
- Tiene 10 meses - rió - no sabe ni hablar ¿cómo va a venir al cine?
- Pues cambiamos de planes - quería verla al día siguiente, lo necesitaba - ¿vamos al zoo? No, al zoo no, prefiero ir allí solo contigo - me miró confusa - ¿Al acuario?
- ¿Al acuario?
- Sí, es más tranquilo que el zoo pero no es aburrido y está bien para entretener a un bebé.
- Está bien - sonrió y cogió un pellizco del algodón de azúcar. Nos fuimos al coche nada más que acabó el viaje en noria. Cuando nos montamos me dio pena verla que se iba con las manos vacías así que me bajé del coche.
- ¿A dónde vas? - preguntó con la puerta abierta.
- Ahora vuelvo, quédate ahí. - quizás si me estuviera enamorando de ella ¿y qué? No hay nada de malo en enamorarse de alguien, y mucho menos si es tu mejor amiga.


[Narra Delilah]
Me lo había pasado como nunca con Louis. La verdad es que sacaba lo mejor de mí, la niña chica que llevaba dentro, la que había perdido con todo lo que había sufrido. Él estaba haciendo que volviera a ser la misma de siempre.
No sabía a dónde había ido pero había pasado media hora y seguía sin volver. Me estaba preocupando así que me bajé del coche. Entonces lo vi. Un Bob Esponja gigante venía en mi dirección.
- ¿Lo has comprado? - fui corriendo hacia él y cogí el peluche. Era casi igual que yo, yo le sacaba una cabeza. 
-¿Por quién me tomas? Lo he conseguido.
- No tenías por qué.
- Claro que tenía. Son los tíos los que les consiguen los peluches a las tías y no las tías a los novios de los tíos - reímos.
- Muchas gracias - lo abracé sin soltar a Bob. Nos metimos en el coche, arrancó y puso rumbo a mi casa. - ¿De qué te ríes?
- Pareces una niña chica ahí sin soltar a ese peluche.
- Tú estás celoso.
- Hombre, ya me gustaría a mí que me abrazaras a mí como lo haces a él.
- Tonto - reí y le di un beso en la mejilla. Cuando me di cuenta ya estábamos en mi casa - Bueno, me lo he pasado muy bien contigo.
- Lo mismo digo, mañana paso a por ti a las 11h.
- Vale - sonreí, le di otro beso en la mejilla, él me dio uno en la frente y luego otro a Bob. - Que no se te olvide darle a Harry su peluche.
- Tranquila - sonrió - hasta mañana.
Me bajé del coche y entré en casa, subí a mi habitación, me duché y fui corriendo a casa de Audry para contarle todo, incluso lo de Noah.
- Vaya, o sea que tienes a un bombón detrás de ti y tú no sabes qué hacer, ¿a que es por Louis?
- ¿Qué dices? - reí.
- Vamos Delilah, tú siempre has querido a Louis, incluso antes de que los conociéramos siempre habías tenido cierta predilección por él.
- Louis es mi mejor amigo.
- Te conformas con eso porque tienes miedo de que salga mal.
- Puede que tengas razón.
- La tengo.
- ¿Y tú qué?
- Hoy iba haciendo footing por Hyde Park y me encontré con Zayn, también iba corriendo así que decidimos ir juntos. No sé qué le pasa pero últimamente está muy amable conmigo, seguro que planea algo.
- Quizás solo quiera llevarse bien contigo.
- Quizás - miré el reloj.
- Me tengo que ir - le di un beso en la mejilla - ya hablamos.


Me desperté a las 9h con la llegada de mis tíos. Estuvimos charlando un poco hasta que se tuvieron que ir. Mi tía me dio todas las instrucciones necesarias para cuidar de Skye ya que a Dylan lo habían dejado en casa de Cory. Me dejaron numerosos pañales, ropa y demás cosas de bebé en un gran bolso y también me dejaron el carrito por si me apetecía llevármela de paseo. Cuando terminé de prepararlo todo, me senté en el sofá con ella en brazos a esperar a que llegara Louis. Ahora que me fijaba, Skye era igualita que Lux, solo que dos meses mayor. A las 11h, me dieron un toque, la señal de que Louis ya estaba en mi puerta con el coche. Monté a Skye en el carrito, cogí el bolso con todas sus cosas, mis llaves, dinero e intenté salir por la puerta. El carro no cabía.
- ¿Qué crees que estás haciendo? - dijo Louis bajándose del coche.
- Salir de mi casa.
- ¿Para qué llevas el carro?
- Skye no sabe andar, tiene 10 meses.
- Pero los carros son aburridos, lo carros no les gusta a los niños - cogió a Skye en brazos y le hizo carantoñas - ¿a qué no? ¿a qué no? - le dijo provocando que se riera y luego negó con la cabeza - la llevamos en brazos y nos la turnamos.
- Está bien pero empiezas tú que eres el que ha sugerido la idea. - cerré el carrito y lo dejé dentro de casa.
- Ponle un abrigo o una rebeca, que hace un poco de frío - dijo Louis metiendo el bolso en el maletero mientras llevaba a Skye en brazos.
- Vale - Pff. La verdad es que ver a Louis así de padre con mi prima me hacía darme cuenta de que quizás sintiera algo por él y de que quizás quisiera probar cómo sería estar con él, salir con él, ser algo más que amigos. Entré en el coche y senté a Skye sobre mí. Ella miraba fijamente cómo conducía Louis mientras que él hacía algunas pedorretas de vez en cuando haciendo que ella volviera a reírse.
No había mucha gente así que la cola para sacar los tickets era muy corta. Nada más que los compramos, le pedimos a una mujer que trabajaba allí que nos hiciera una foto en la entrada para luego enseñársela a los chicos. 
Primero vimos el horario de espectáculos que nos interesaba ver. A las 12:30 daban de comer a las pirañas, a las 14:30 a los tiburones y a las 16:00 había un espectáculo de delfines. Eran casi las 12h así que decidimos ir al recinto de las pirañas y ver las cosas que había por ahí cerca. Pingüinos. Louis no paraba de coger la mano de Skye y señalarle todos los pingüinos, ella estaba disfrutando mucho, él se comportaba como su padre y yo me hartaba de hacer fotos. 
Después de ver cómo daban de comer a las pirañas, lo que fue alucinante, fuimos al recinto de los tiburones, mi favorito. Había tiburones guitarra, martillo, tigre, blancos... de todas las especies que os podéis imaginar.
Luego nos fuimos a comer a un bar de estos que había dentro del acuario. Cuando terminé de comer senté a Skye sobre mi regazo y le di su potito de pollo con arroz. Se estaba poniendo perdida porque no paraba de jugar y de hacer tonterías que Louis le había enseñado así que no parábamos de reírnos. Aún así Louis estaba un poco raro.
- ¿Estás bien?
- Sí, solo pensaba.
-¿Sobre qué? - dije mientras le limpiaba la cara a Skye.
- Nadie.
- Oh así que es un persona.
- Sí - ¿pensaba en alguien? Eso quería decir que le gustaba alguien. Joder. Ya la había cagado. Yo aceptando mis sentimientos y él pensando en otra.
- ¿Quién es? ¿Le vas a pedir salir? No, primero necesita mi aprobación ¡Dímelo! - Louis se merecía lo mejor, la chica más simpática y divertida.
- No te voy a decir nada, no siquiera sé si yo le gusto y, sinceramente, no quiero quedar en ridículo.
- ¿Tanto significa para ti?
- Sí, es mi mejor amiga.
- ¿Perdona? Pensé que yo era tu mejor amiga. Eso duele.
- A parte de ti, claro - miró al suelo.
- No te preocupes, no haré más preguntas, se nota que te gusta mucho por el modo en el que hablas de ella.
- Anda, vamos al tanque de los peces de colores - se levantó y cogió a Skye.
- Tú la has llevado durante todo el día.
- No importa, no pesa y me gusta mucho llevarla - Skye le empezó a tocar la boca y la nariz - además no quiero que te canses.
Los peces de colores eran preciosos, sobre todo los peces payaso y después fuimos a ver cómo daban de comer a los tiburones. Si lo de las pirañas fue alucinante, eso fue súper alucinante. Luego fuimos a ver los pulpos, los caballitos de mar, las tortugas, el resto de tanques que nos faltaban por ver y nos fuimos después del espectáculo con los delfines.
Finalmente, nos montamos en el coche para volver a mi casa. Skye estaba dormida en mis brazos y Louis la miraba de una manera muy tierna.
- Está reventada. 
- No sé tú pero yo también.
- Sí, creo que yo lo estoy más porque he tenido que cuidar de dos niñas pequeñas.
- ¡Eh! Yo no soy ninguna niña pequeña.
- Eso es justo lo que dicen las niñas pequeñas.
- Imbécil.
- ¿Te apetece que vayamos mañana al zoo?
- ¡Sí! ¡Me encanta el zoo!
- Pues te recojo después de comer ¿vale? Para que tengas toda la mañana para descansar.
- ¡Perfecto! 
- Bueno, pues ya hemos llegado - frenó.
- Me lo he pasado de maravilla, gracias por cuidar tan bien de Skye y pro hacerme compañía.
- No hay de qué - le acarició la cara y le dio un beso en la mejilla - es monísima.
- Hasta mañana - le di un beso en la mejilla.
- Que descanses - me dio un beso en la frente. Me bajé del coche, saqué las cosas del maletero y subí a mi casa. 
Sí, estaba segura de que Audry tenía razón, tenía claro que empezaba a sentir algo por Louis, algo muy fuerte.


4 comentarios:

  1. OH DIOS MIO! Me encanta este capitulo! Me imagino a Louis, a Delilah y a la peque juntitos en el acuario que monooos! Buaa me encanta de verdad! *_* Louis y Delilah juntos YA!

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    1. Jajajajajajaja a mí también me encanta :) muchas gracias por leerlo xx.

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  2. Olaa! Nueva lectora! Me encanta tu novela... NO HAY PALABRAS PARA DESCRIBIRLA! Siguiente! me encantaria ver a Luis a Delilah juntos seria muy bonito :)!

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